El Colegio Chapultepec Norte, de Sinaloa, y la Primaria Paulo Freire, de Chiapas, representarán a México en una competencia internacional de escuelas sostenibles en Colombia
Ambas escuelas resultaron ganadoras del Premio Escuelas Sostenibles, de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Fundación Santillana.
Estas escuelas superaron diversas etapas de selección, logrando convertirse en acreedoras de un premio de 52 mil 500 pesos para cada una, pero la historia aún no termina.
En la competencia internacional se escogerá al “Proyecto del Año” en cada categoría, quien recibirá 87 mil 500 pesos. Descubre la historia detrás de quienes representarán a México.
El huerto sostenible de la escuela la Primaria Paulo Freire en San Cristóbal de las Casas, Chiapas
El huerto escolar de la primaria Paulo Freire nació en 2016, cuando Loreto Rondizzoni, coordinadora del proyecto, retomó un proyecto que Save the Children había dejado inconcluso.
Crearon un huerto con materiales reciclados como plásticos o llantas y el apoyo de la comunidad. Ahora cuentan con alrededor de 65 metros cuadrados de espacio.
El huerto funciona como un taller, en el que los niños y niñas abarcan desde el cultivo de alimentos, la cosecha y que culmina en la preparación de desayunos por ellos mismos. Con su propia siembra y la donación de algunos insumos extra como tortillas o frijoles, los niños mayores de 5to y 6to año preparan los alimentos que pueden disfrutar toda la comunidad escolar.
Proyecto sostenible “Chapugreen” en Culiacán, Sinaloa
El proyecto del Colegio Chapultepec Norte, de Culiacán, Sinaloa, nació de la iniciativa de las alumnas que querían hacer algo por el planeta. Así comenzaron a hacer pequeños proyectos y poco a poco fueron formando lo que hoy es “Chapugreen”.
Desde el principio el proyecto se hizo en comunidad, preguntando a madres y padres de familia qué sabían de cuidar del planeta y sostenibilidad, así como ideas sobre qué acciones se pueden tomar.
La escuela inició dando capacitaciones informativas y a realizar proyectos de reciclaje con las alumnas. Hasta que surgió la idea de hacer un mercadito de trueque, en el que se intercambian productos reciclables por boletos con los que podían “comprar” frutas y verduras, todo esto organizado por las mismas niñas.
Los productos fueron donados por empresas locales de Culiacán que eran contactadas por las mismas alumnas con apoyo y acompañamiento de la escuela.
En tanto, los materiales reciclables que obtenían con el trueque los llevaban a recicladoras, en las que obtenían ganancias que reinvertían en otros proyectos como un huerto, el cambio a focos ahorradores, incluso obtuvieron un trato con una empresa de paneles solares para poder instalarlos y pagarlos por medio de un préstamo sin intereses a largo plazo.
Al mismo tiempo, el Colegio también modificó los productos que vendían en la tiendita escolar para que estos fueran naturales y libres de sellos. Además, cambiaron los garrafones por bebederos.
Ahora, año con año cuando inicia el ciclo escolar las alumnas de grados mayores pasan a los salones y van involucrando a las menores en los proyectos que se están realizando o en los nuevos que se vayan a hacer.
Lilian Judith Güemez invitó a otras escuelas a animarse a realizar proyectos sustentables, que escuchen a las y los alumnos e incluyan los temas de cuidado con el agua y el ambiente en la parte académica.
“Que lo hagan suyo, porque realmente pues es donde vivimos, que se animen, que se lancen, los frutos son satisfactorios”, concluyó.
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