La embajada de Estados Unidos informó sobre la implementación de una nueva política de seguridad fronteriza, la cual contempla la designación de ciertas áreas limítrofes con México como zonas de defensa nacional.
Estas regiones han sido clasificadas como “extensiones de bases militares”, por lo que el ingreso sin autorización está prohibido y sujeto a sanciones legales.
Según la embajada, cualquier persona que cruce de manera no autorizada en estas zonas enfrentará consecuencias legales que incluyen multas, arresto, proceso judicial y posible encarcelamiento.
Las autoridades han reforzado el mensaje mediante una advertencia directa: “No entres. Arriesgas tu libertad en un viaje destinado al fracaso”.
Esta política se originó tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, cuando el Departamento de Defensa ordenó el despliegue de personal militar en la frontera suroeste.
Como parte de esta medida, se comenzaron a identificar y clasificar ciertas extensiones territoriales como áreas restringidas.
De acuerdo con la directiva emitida por el Secretario de Defensa, esta acción se sustenta en la sección 21 de la Ley de Seguridad Interna de 1950.
El objetivo principal es “reforzar el control sobre el flujo migratorio que cruza por territorio mexicano hacia Estados Unidos, especialmente en zonas donde existen propiedades privadas y terrenos de difícil vigilancia”.
Las autoridades estadounidenses han reiterado que la estrategia “forma parte de una política de contención ante el cruce no autorizado de personas que utilizan caminos no oficiales”.
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