El gobierno de China pidió a Estados Unidos detener “amenazas, chantajes y presiones” tras declaraciones recientes desde la Casa Blanca que comprometieron a Pekín a dar el primer paso para suavizar el conflicto comercial entre ambas economías.
La respuesta fue emitida por Lin Jian, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien insistió en que cualquier diálogo “debe basarse en igualdad y beneficio mutuo”.
Desde el inicio del año, el presidente Donald Trump aplicó un incremento del 145 por ciento a los aranceles sobre productos chinos, medida que se suma a anteriores tarifas, alcanzando un total de hasta 245 por ciento en algunos casos.
China respondió con aranceles del 125 por ciento para bienes estadounidenses.
La Casa Blanca argumentó que el endurecimiento de estas políticas está “relacionado con desequilibrios comerciales y el papel del país asiático en el suministro de opioides”.
La administración estadounidense eximió temporalmente de los nuevos aranceles a ciertos productos como teléfonos móviles, computadoras y semiconductores, sin embargo, la plataforma de ventas Shein anunció a sus usuarios que ajustará precios a partir del 25 de abril debido a estos cambios en las reglas comerciales.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió que las políticas arancelarias “podrían generar un aumento inflacionario en Estados Unidos”.
Paralelamente, la directora de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, alertó sobre posibles impactos negativos para las economías más vulnerables y estimó una caída de hasta 1.5 por ciento en el comercio mundial en 2025.
Los efectos también se reflejaron en los mercados financieros.
El índice Nasdaq cayó 3.91 por ciento, el Dow Jones 1.84 por ciento y el S&P 500 2.69 por ciento.
La política arancelaria estadounidense, ha generado tensiones no solo con China, sino también con socios como Japón, la Unión Europea, México y Canadá.
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